LA PEQUEÑA GRAN FAMILIA DEL POKER

Para dar el pistoletazo de salida a este blog que en principio iba a ser una web con foro, estadísticas y demás promesas que se esfumaron casi tan pronto como la bebida isotónica de alguno de los participantes, voy a hacer un pequeño resumen de cada uno de los jugadores y de alguna característica que atesoran con la que últimamente consiguen desplumar a un poeta que ya no le queda otra que contar lo que pasa. Si estuviera implicado, otro gallo cantaría.

Para entrar en materia, diremos que el número uno se encuentra en busca y captura. Esa es la situación del siempre teatrero y farolero líder de la clasificación, David Cabrera. Con sus gafas de sol para evitar la mirada fija, engaña a propios y extraños cada vez que tira las fichas sobre la mesa con su pose desafiante. Por detrás, como si se tratase de la propia Ley de fugas de 1920, se sitúa Lolo, esperando el mínimo signo de debilidad para atizar en la mesa con todas y cada una de sus fichas. Un juego poco ortodoxo, pero que ya gustaría a muchos, entre ellos al propio escritor, de estar situado e impartiendo el respeto en la mesa como lo está haciendo hasta ahora.

Por su parte, el señor Jacobo se encuentra empatado con Rubén en la tercera plaza. El técnico informático aplica sus conocimientos matemáticos para elegir la mejor apuesta y dejar sin blanca al resto de contrincantes, a la vez que fuma una y otra vez esas ‘vitaminas’ que le receta el médico. Rubén, curtido en mesas con auténticos lagartos del poker –Abel, Murci y David entre otros-, intenta sobrevivir entre los primeros puestos con una regularidad innata. Prefiere no meterse en muchos berenjenales, pero casi siempre se encuentra metido de pleno en ellos.

Javi, el pequeño de la casa, se encarga de planificarlo todo y de impartir justicia. Cada viernes para él es como la mañana de reyes para sus hijas. Ilusionado a la hora de empezar la partida, cambia de humor a la misma velocidad que la pila de sus fichas sube y baja, como si las acciones del ibex35 se tratasen. Chanin, o Llanin, como le nombra Murci cariñosamente, es un jugador irregular donde los hayan, capaz de colarte el linternazo más grande como de perder sus fichas a una velocidad desmesurada. Por lo pronto, sigue con aspiraciones de llevarse el bote de la liga.

Además de poker, cada viernes, para algunos de los participantes es una fiesta. Que decir de la que celebra el ex record de España en 3.000 obstáculos en junio de 1998. El de nariz roja ha cambiado las zapatillas por los doses; y la bebida energética por la botella de Lambrusco, que aparentemente no le hace ningún favor. De estar situado en la cabeza de la clasificación ha bajado a la séptima plaza. Por listo y por chorizo, que de pequeño no le avisaron que lo que tiene dueño no se roba.

Dentro de lo ‘profesional’ de alguno de los jugadores que llevan patrocinios de salas de Internet o gafas de sol se encuentra un jugador humilde que acaba de empezar. No es otro que Toni, que poco a poco va cogiendo el ritmo de las partidas y ha llegado a desafiar a David en un heads up. No tuvo la suerte que le persiguió durante toda la partida y acabó segundo, pero no es poco. Progresa adecuadamente.

Y cuando llegamos al final de la clasificación, se encuentran los tres jugadores, que por miedo, excusa u otros motivos que no vienen al caso, no han podido asistir a todas las jornadas. Castell, como si del propio Julio César se tratase llegó y besó el santo: “Veni, vidi, vici” que dijo aquel. Eliminó a un servidor y al final conquistó la mesa. El último clasificado es el que, a priori, para los entendidos era el favorito. Alexis no ha rendido lo que se esperaba de él, quizás nos está dejando ventaja para pegarnos el estacazo final, pero por lo pronto, le toca remontar.

Para concluir hablaré de un escritor, que opina de todos, como si al conocido Juan Manuel Pastor intentará imitar, y la verdad es que lo está consiguiendo porque se cree bueno, crítica a todos y no gana na. Esperemos la suerte gire pronto si quiere aspirar a algo.